Conoce cómo las cámaras con inteligencia artificial aseguran y “fiscalizan” una carne fresca y de calidad
En la previa de un nuevo 18 de septiembre, la mayoría de los chilenos disfrutarán con un rico asado, cuyo origen está cuidadosamente monitoreado por esta tecnología.
Ad portas de unas nuevas fiestas patrias, es inevitable hablar del hambre que genera la llegada del 18 de septiembre, sobre todo este año que promete cinco días de fiesta donde muchos chilenos aprovecharán de sacar la parrilla y comprar la carne para ese ansiado asado con la familia.
El llamado es siempre a comprar en comercios establecidos, ya que estos cumplen con todas las medidas de higiene y equipos necesarios para la entrega de alimentos saludables y de calidad. Y precisamente la industria de la carne es una que ha dado un importante paso en cuanto a la verificación de sanidad y protección del producto, con el objetivo de ofrecer alimentos de alta calidad.
Se trata de la implementación de cámaras con inteligencia artificial en los procesadores de la carne, asegurando una inspección integral de punta a punta: desde verificar el estado del alimento, al momento que arriba a las granjas, hasta garantizar que los empaques estén precisamente sellados para su distribución.
Estas son algunos de los beneficios de contar con este tipo de cámaras en las cintas transportadoras:
Calificación del estado de la carne. Esta moderna tecnología es capaz de detectar si al producto en cuestión le faltan patas o alas (en el caso de las aves de corral), o incluso desgarros, moretones o un color de la carne que no corresponda y que pueden atentar contra los estándares de frescura y calidad en el producto.
Volumen exacto en el peso y empaque. Las cámaras con IA también se aseguran que el tamaño o la porción coincida con la entregada en la información alimentaria del paquete, con el objetivo de entregar una información exacta a los distribuidores.
Inspección de sellos y etiquetas. Siguiendo con un etiquetado impecable y con el fin de asegurar la entrega de una carne fresca y lista para el consumo, las cámaras también revisan en detalle las almohadillas absorbentes, verificando que todo esté perfectamente sellado y que se cumpla con las normas sanitarias y de seguridad.
Clasificación del producto. Con la implementación de esta técnica, se garantiza que cada empaque se clasifique para grandes velocidades, gracias a la alta precisión de los sensores de la cámara. Es un ahorro en tiempo y personal, lo que optimiza la producción.
Beneficios de entrada y a largo plazo en otras industrias
Al margen de su aporte en la industria alimenticia, los beneficios de esta tecnología son transversales y también palpables en otros rubros, como la seguridad en tiendas de retail y aeropuertos, por dos razones: son inmediatos y también de gran utilidad pensando a largo plazo.
¿Por qué? Porque una cámara con inteligencia artificial tiene una vida útil de aproximadamente cinco años, lo que permite a quien la implemente un alto grado de utilidad a futuro con el objetivo de preservar la seguridad, eficiencia y protección de su negocio.
Fundamental resulta el deep learning, una técnica que permite “enseñarle” a las cámaras a ser mucho más intuitivas con lo que está sucediendo en una grabación o escena, teniendo un análisis a tiempo real, con la detección objetos e individuos y una clasificación de los detalles de la escena más precisas.
Leonardo Navarrete, gerente comercial de STG en Chile, asegura que la apuesta por esta tecnología es un importante paso para reducir las falsas alarmas en las tiendas de retail. “Los beneficios de esta tecnología están a la vista y es importante hacer una inversión en pos de mejorar los sistemas de videovigilancia internos. Se trata de una herramienta de optimización a toda prueba”, explica.
De esta manera, las cámaras con inteligencia artificial parecen marcar el camino de una revisión de calidad a toda prueba, tanto en los alimentos, como también en labores de seguridad.
Acerca de STG
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